martes, 10 de febrero de 2015

El cine llega a las mujeres privadas de libertad en Izalco e Ilopango.




Mujeres en fase de confianza y semilibertad  internas en el Centro de Readaptación de Mujeres de Ilopango y en la Granja Penitenciaria de Izalco, participan en un cineforo con el fin de compartir un espacio para la distensión, a la vez que se motiva la reflexión desde el argumento de la película, como paso previo al inicio de los programas que ACISAM implementará en 2015.

Somos guerreros.

Once were Warriors: La película presentada en la Granja Penitenciaria de Izalco es traducida al español como “Somos guerreros” o “guerreros de antaño”, una producción que data de 1994 y se ubica en Nueva Zelanda; dirigida por Lee Tamahori.

Las mujeres se mostraron compenetradas durante los 99 minutos del largometraje, que según ellas, muestra claramente las consecuencias de la violencia manifestada en múltiples dimensiones: sexual, intrafamiliar, psicológica, económica y física.

Furia, indignación, y cólera fueron las emociones que aparecen entre las respuestas a la pregunta: ¿qué sentimos?, al finalizar la película.

Las participantes caracterizaron los personajes de la historia, un ejercicio que permitió a varias de ellas establecer una relación con sus historias de vida, donde se descubren víctimas de la violencia en todas sus tipificaciones, dentro de una historia de sumisión ante una figura masculina que en su fuerza física envuelve toda la violencia machista y el control absoluto del poder en el hogar, estableciendo relaciones que transgreden la armonía y el respeto en el grupo familiar.

El argumento de la película también aborda con detalle la manifestación de la violencia sexual, de modo que la pantalla perfectamente estructurada con cuatro pliegos de papel bond y una cantidad considerable de tirro, adherida a la pared de una habitación que cubre unos 20 camarotes se convirtió en un espejo, según se pudo notar en las respuestas a la pregunta: ¿alguien se vio reflejada en alguno de los personajes?

El desenlace de Somos guerreros, propone una salida liberadora a la sumisión de Beth, la protagonista de la película; quien decide volver a su origen ancestral solamente con sus hijos, liberándose del hombre violento; lo cual representó un respiro a la tensión que generó el ejercicio de la violencia machista sobre Beth y su familia.

Entre las principales conclusiones de la reflexión colectiva se deja ver la importancia de revisar en la historia de vida, aquellas situaciones significativas que han marcado heridas y dolor, para poder otorgarles un nuevo significado que las transforme en un recurso propio para continuar con una nueva disposición el río de la vida; que trae y lleva piedras, pero también fluye y se renueva constantemente.

Perfume de violetas (nadie te oye).

Es la primera de una trilogía dirigida y producida por Maryse Sistach y José Buil sobre el abuso sexual ejercido en contra de las adolescentes en México.

Yessica es una joven de 15 años que vive en un barrio pobre de México junto a su madre, 3 hermanastros y su padrastro. Entre otras tareas del hogar, es la designada para atender el trabajo reproductivo de Jorge, su hermanastro mayor, quien se comportó como un verdadero proxeneta al recibir dinero a cambio de permitir las reiteradas violaciones sexuales por parte del conductor de un medio de transporte público en contra de Yessica.

A mediados del año escolar, Yessica fue expulsada, por lo que debe acudir a una nueva escuela. A continuación se muestra un extracto del diálogo entre la maestra y Yessica durante el momento de su incorporación a la primera clase:

-Maestra: Para que tus compañeros te conozcan, preséntate.
-Yessica: Me llamo Yéssica.
-Maestra: ¡Repítelo un poco más fuerte!
-Yéssica: Extrae de su boca la goma de mascar, la pega sobre su pupitre de manera desafiante y responde:
¡Me llamo Yéssica Avendaño! (Fija sus ojos furiosos y evidentemente maquillados en los ojos de su maestra).
-Maestra: ¿Cuántos años tienes, en donde vives, y por qué llegas a la escuela a medio año?
- Yessica: Tengo 15 años y vivo en la Colonia Santo Domingo, y llegué aquí porque me cacheteé a la prefecta de mi otra escuela”.
- Maestra: ¿Que te cacheteaste a quién?
-Yessica: Ya le dije, ¡me expulsaron!

Esta fue la antesala de la amistad entre Yéssica y Miriam. El aroma a violetas esparciéndose del cabello de Miriam funcionó como refrigerante capaz de dibujar una sonrisa en el rostro enfurecido de Yéssica Avendaño. Este momento marca el punto en el que se apoya el nudo de la película, pues las dos adolescentes construyen una relación de amistad muy fuerte, que comienza a verse afectada por las consecuencias de no saber escuchar y de callar la violencia sexual. Una tragedia marca el desenlace inesperado de perfume de violetas.

Durante el análisis de la película la participación fue bastante dinámica, las mujeres tomaron la palabra y compartieron sus reflexiones al establecer la relación entre el relato fílmico y su historia:

“Tenemos en común que nosotras también vivimos la pobreza y la soledad. Aquí todas somos de familias pobres. Todas hemos tenido una vida sufrida y con escasos recursos económicos”.

 “Nunca hay que guardar silencio, debemos  buscar una ayuda para nuestros problemas”.

Al igual que a Jessica, a mí me expulsaban a cada rato y constantemente recibía castigos, recuerdo que me dejaban detrás de la puerta. También me intentaron violar, y di gracias a dios cuando mi tío se murió (el que me intentó violar). Uno cuando crece así, está acostumbrada a la violencia, porque es una forma de defenderse”.

El cineforo es una técnica de intervención psicosocial que la Asociación de Capacitación e Investigación para la Salud Mental (ACISAM) retoma para despertar la reflexión y la construcción colectiva en torno a temáticas de interés social. Al finalizar la película se desarrollan ejercicios para la descarga emocional.

Un segundo objetivo de los cineforos fue promover la participación en los programas que se realizarán en el año: Programa psicosocial de reflexión vivencial, curso de capacitación pre laboral y el curso de emprendimiento para el beneficio de las internas.

Esta ha sido la primera actividad del año 2015 en el marco de las acciones que ACISAM en coordinación con la Dirección General de Centros Penales (DGCP), con el apoyo de Horizont 3000 y la contribución financiera de la Unión Europea desarrolla al interior de la Granja Penitenciaria de Izalco y el Centro de Readaptación de Mujeres de Ilopango para favorecer la rehabilitación y la reinserción social de las mujeres privadas de libertad.